04 marzo, 2009

Abajo la asamblea reaccionaria

Siguen con el mismo régimen 

Si las autoridades quieren hacer la Asamblea Universitaria en diciembre es únicamente porque quieren valerse de las vacaciones para evitar la movilización estudiantil. En el fondo lo que guía la acción de las camarillas universitarias es el temor a que se repita la lucha histórica del 2006, cuando durante casi todo un año la FUBA enfrentó a la Asamblea Universitaria con el reclamo de la democratización del gobierno universitario. Esa lucha hizo historia, al punto que en todo el país comenzó un movimiento de lucha en el mismo sentido. 

 Ante el gran consenso que logró el reclamo de la FUBA el rector Hallú y los decanos debieron comprometerse a reformar los Estatutos para democratizar el gobierno universitario. Pero pasaron más de 3 años y no dieron ni un paso en ese sentido. El gobierno de la UBA sigue en manos de un grupo minoritario que detenta la mayoría de la representación. Los números son pavorosos: ¡en las elecciones que acaban de concluir unos 2.000 profesores eligieron el doble de representantes que 200.000 estudiantes! La diferencia es sustancial. Mientras la camarilla profesoral votó por representantes kirchneristas y radicales, en el claustro estudiantil fueron las corrientes de izquierda las que obtuvieron la mayoría. La brecha entre la capa superior de la Universidad y la masa de estudiantes y docentes en cada vez mayor. 

Negocios y privatización 

En estos años las camarillas en vez de reformar los Estatutos para democratizar el gobierno y al conjunto de la Universidad se han adaptado a la asfixia presupuestaria del gobierno K. Simultáneamente han reforzado como nunca antes la privatización y los negociados. Más de 5.000 convenios se han firmado con empresas privadas, transformando a la UBA en una dependencia del gran capital. Monsanto, Unilever, Techint, y lo más granado de la clase capitalista se vale de la UBA para sus negocios mientras miles de docentes no cobran ni un peso de salario, crece la deserción estudiantil, no hay gas en casi la mitad de las dependencias de la UBA y se cursa en pésimas condiciones. 

Las camarillas universitarias se benefician con este proceso de privatización y asociación con el capital. Es que los millones de pesos que facturan son acaparados por estas camarillas, que han transformado a la Universidad pública en un negocio privado. Sobre la mayoría de los fondos no hay rendición alguna ya que van a parar directamente a sus bolsillos. Recientemente acaba de ocurrir un caso paradigmático: las camarillas aceptaron los 3 millones de pesos provenientes del monopolio minero Alumbrera, a pesar de las gravísimas denuncias sobre su actividad contaminante contra los pueblos de Catamarca y Tucumán. 

La orientación social de la Universidad ha sido colocada en función del negocio privado. En cada facultad las camarillas tienen en su agenda reformas de planes de estudio inspirados en la CONEAU –organismo creado por el menemismo que viola la autonomía y el cogobierno. Su pretensión es vaciar las carreras de grado, pasar las especializaciones a los posgrados y crear una masa de estudiantes que trabajen de manera gratuita (bajo el rótulo de las Prácticas Profesionales). 

Vamos por la democratización 

En estos 3 años ha quedado claro que las camarillas son incapaces de proceder ellas mismas a reformar el régimen universitario actual, cuyo poder recae en una ínfima minoría. Los negocios y la privatización que impulsan son incompatibles con la más amplia democracia. Para preservar sus privilegios necesitan mantener el monopolio del poder. 

La lucha por la democratización del gobierno universitario que comenzó en el 2006 vuelva a plantearse ahora de manera objetiva. Se trata de una pelea para terminar con la ofensiva capitalista contra la Universidad , los negociados, la privatización, la corruptela generalizada. Por conquistar el presupuesto, los salarios, las becas para parar la deserción, para defender las carreras. 

Ningún sector de las camarillas defiende un punto de vista progresivo. El bloque de los decanos “progresistas” está disuelto y ha sido cooptado por el gobierno K. Una verdadera transformación sólo puede venir de una acción unificada y masiva de los estudiantes, docentes y no docentes. 

Es necesario, por lo tanto, desarrollar un amplio movimiento de lucha, que enfrente el adelantamiento de la Asamblea mediante un plan de lucha dirigido sobre el Consejo Superior y los Consejos Directivos de todas las facultades. 

Tenemos una lucha de alcance histórico. Es necesario un nuevo 1918, una verdadera revolución universitaria, para terminar con las camarillas que han colocado la Universidad bajo el dominio del gran capital.
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Congreso Nacional de la UJS 
- 21 y 22 de Noviembre - Facultad de Medicina -UBA 


  Unión de Juventudes por el Socialismo 
Partido Obrero 

Presidencia FUBA



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