¿Por qué votar a La Comuna?
Esta elección, como hace dos años, puede pasar también a los libros de los récords, hay que buscar con lupa alguna declaración que defienda la gestión de la Facultad, que realice el inventario de lo positivo, de las iniciativas tomadas por la conducción de Ciencias Sociales durante todos estos años. En realidad, con la existencia de tantas agrupaciones estudiantiles resulta por lo menos curioso que, explícitamente, no se defienda a la gestión, porque creemos que, como en la vida, algo se puede rescatar o reconocer y, porque además, siendo tantas las propuestas, como se sabe, disimulada u ocultamente, se encuentran las posiciones del decano propuesto por el oficialismo, Sergio Caletti y de Lucas Rubinich, postulado por una alianza que integra un desprendimiento de la actual gestión. No seremos nosotros, su clara oposición, los que realicen la tarea que deben hacer, como en toda elección, otros.
También en esta elección, en los materiales y en las intervenciones en las aulas y pasillos, casi todos reconocen que “por supuesto hay que relacionar lo académico con lo gremial, lo teórico con lo político, la formación con la profesión” y muchos etc. más. Pero, hecha esta aclaración inicial, se pasa a criticar a quienes desde hace muchos años tratamos de vincular todos estos aspectos como un ejercicio de coherencia, hacia el pasado y en el presente. Qué otra cosa se debe hacer en una Facultad de Ciencias Sociales mientras el discurso dominante fragmenta todo, despolitiza, muestra la realidad como trozos desconexos y sin historia. A pesar de lo dicho, a veces nos cansamos de escuchar que eso es “ideologismo, partidismo, teoricismo, gremialoide, practicismo,e tc”. Hoy incluso lo leemos en los documentos de la agrupación Nexo que dirige la carrera de Comunicación. En cambio, preferimos defender la articulación rigurosa de todos los planos, creemos que participar de la vida académica no es un fin en sí mismo, que luchar por conseguir nuevos cargos con salario para los docentes es una gran contribución para que la reforma del plan de estudios se pueda discutir en mejores condiciones, creemos también que resulta de honestidad intelectual, si estamos en una Facultad y en una carrera que forma, entre otros, a comunicadores sociales y periodistas, expedirnos sobre la situación de los trabajadores de prensa, sus condiciones laborales y las maniobras gremiales que impiden sostener una lucha fuerte y autónoma. No nos parece que sean temas extraños a nuestra intervención académica, intelectual o política. Creemos que el ejercicio de la coherencia debe mantenerse también en estos temas. Por eso es bueno discutir la Ley de medios audiovisuales pero también es importante salir a luchar para que los multimedias reconozcan a las comisiones internas gremiales.
Finalmente, como lo hicimos durante toda la lucha por la democratización de la UBA, preferimos acompañar al factor fundamental que promovió la cuestión en la Universidad, en las calles y en los medios. En medio de los brutales ataques que, desde adentro y desde afuera de la Universidad, se lanzan contra las conducciones estudiantiles, muchas veces con la complicidad de medios masivos y de intelectuales “todo terreno”, elegimos apoyar, desde lo gremial y desde lo académico, desde lo ideológico pero también desde el cuerpo, al movimiento estudiantil que instaló como crisis productiva la situación de la universidad pública.
Por todo lo dicho, es una lógica conclusión, que una propuesta de transformación de la Carrera de Ciencias de la Comunicación, que integra la formación con la profesión, lo académico con lo gremial, lo teórico con lo práctico y sobre todo, defiende la coherencia entre lo que en alguna oportunidad se dijo, se hizo y se sostuvo sea apoyada por La Comuna. En este mismo sentido, afirmaría que para sostener coherentemente nuestra propuesta, la votación por La Comuna tendría que ser masiva.
Carlos Mangone
Candidato a director de la carrera de Comunicación por
LA COMUNA
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