08 septiembre, 2009

ELECCIONES EN LA UBA

Derrotamos al gobierno, a la derecha y a las camarillas

El triunfo de la izquierda en las recientes elecciones universitarias de la UBA fue concluyente. Hasta a los medios que habitualmente juegan en contra no les quedó otra que reconocer nuestro triunfo categórico. Los titulares salieron calcados: “la izquierda sigue liderando la conducción estudiantil en la UBA” (Clarín, 20/9); “Retuvo la izquierda el predominio estudiantil” (La Nación, 21/9); o “La izquierda domina en la mayoría de las casas de estudio” (Crítica, 21/9). La izquierda no sólo sigue liderando la mayoría de los centros de estudiantes sino que, esta vez, conquistó además la mayoría de las representaciones estudiantiles en los Consejos Directivos (gobiernos de las facultades). Las elecciones, obligatorias, convocaron a unos 200.000 estudiantes. 

Polarización 

El cuadro político fue de fuerte polarización. Las camarillas universitarias, que desacreditan las luchas estudiantiles con el argumento de que son fabricadas por sectores minoritarios, apostaron a una victoria de las listas de la Franja Morada y del kirchnerismo. Necesitaban avanzar en las políticas capitalistas contra la universidad pública y que las elecciones de decanos, y sobre todo la del rector, se realicen sin ‘sobresaltos’. Una lucha de conjunto contra la Asamblea Universitaria que debe elegir al próximo rector, como sucedió en 2006, simplemente los atemoriza. 

Con esta pretensión, las camarillas redoblaron la apuesta en varias facultades. En Veterinaria, por ejemplo, el rector Hallú realizó una ofensiva para derrotar a Evet-UJS, actual conducción del centro, pero se quedó con las ganas: Evet-UJS ganó por amplio margen las elecciones de Consejo Directivo y de Centro de Estudiantes (60 a 40% y 70 a 30%, respectivamente). En Ciencias Sociales, las listas de kirchneristas y radicales se unificaron, pero salieron cómodos en tercer lugar, debajo de las dos listas de izquierda (primer lugar para El Tren, integrado por La Mella, Prisma, Andamio y otros grupos; y segundo lugar para La Comuna, integrado por PO, PTS, IS, 29 de Mayo, Viejo Topo, Convergencia de Izquierda). En Filosofía y Letras, los radicales se lavaron la cara para armar una lista presentable, pero quedaron terceros (primer lugar para El Bloque –PO, PTS, IS, MAS–, segundo lugar para La Juntada –La Mella, Los Necios, etc.). En Psicología el triunfo del frente EPA (UJS-PO y El Brote) fue por amplio margen. En Arquitectura volvió a imponerse, en ambas elecciones, Estudiantes para el Cambio (PCR, PO, IS), y en Exactas ganó La Mella. 
Los avances de la izquierda se operaron con más fuerza en las facultades donde todavía sigue dirigiendo la derecha. En Medicina, por ejemplo, El Frente (PO, PCR, 29 de Mayo) conquistó un consejero directivo, con más de 5.000 votos. En Farmacia, Antídoto (UJS-PO) logró también un consejero directivo, superando el 26% de los votos. En Odontología, a pesar de los fraudes sistemáticos, nuestra agrupación V-PAR logró el 30% de los votos y un consejero. El 14% que logramos en Agronomía también es un dato a destacar, si se tiene en cuenta que es una facultad copada por grandes monopolios como Monsanto y por la Mesa de Enlace. El avance de nuestras listas en facultades que hasta ahora eran monopolio de la derecha es uno de los datos de mayor importancia de las elecciones, dado que demuestra que continúa el desplazamiento político hacia la izquierda. 
El kirchnerismo perdió parte de su caudal de votos tanto frente a la izquierda como a Franja Morada. Perdió el segundo lugar en Medicina a manos de la izquierda, en Farmacia perdió el Consejero que ahora obtuvo nuestra lista, en Sociales se fueron a pique, en Derecho no lograron llegar al piso del 20%, en Ingeniería perdieron la mayoría del Consejo, en Económicas quedaron en un lejano tercer lugar. 
La política de la izquierda “independiente” 
No bien se convocaron las elecciones, nos dimos la política de organizar un bloque con todas las fuerzas de lucha para enfrentar al kirchnerismo y a la oposición de derecha, encarnada en la Franja Morada, el MNR y otras fuerzas. Dicha política logró prosperar sólo en algunas facultades –Medicina y Económicas– pero en otras las agrupaciones que se autodenominan “independientes” rechazaron un bloque común. 
Esto se dio, en especial, en las facultades donde los decanatos están en manos de los “progresistas”, es decir, donde esta izquierda es ‘dependiente’ de las autoridades. Es así como en Sociales, por ejemplo, estas agrupaciones ‘independientes’ apoyaron a una parte de la gestión del decano Schuster, o en Filosofía y Letras, donde han votado en varias carreras a directores vinculados con el decano K, Trinchero. Este seguidismo a las gestiones de Carta Abierta y el lobby del ingreso de las telefónicas a los medios y de la estatización del medio audiovisual pretende ser encubierto por un debate ontológico sobre metodologías y modelos de centros de estudiantes que, por regla general, no pasa de una catarata poco filosófica de ataques contra la izquierda. Este seguidismo produjo ya varias crisis en las filas de la izquierda “independiente”: en Filosofía y Letras la agrupación Prisma se retiró del frente con La Mella y otros grupos, denunciando un pacto con una agrupación vinculada con el PC; en Sociales, Prisma se presentó en las elecciones de Junta de Carrera por separado, denunciando también el acuerdo con una parte de la gestión K. 

Tareas 

El resultado que arrojan las elecciones expresan un mandato claro para el movimiento estudiantil. Las camarillas profesorales han logrado imponerse en las elecciones de los claustros de profesores y de graduados, valiéndose de prebendas y del reparto de negocios. Los unen la Alumbrera, los acuerdos con las empresas, los posgrados arancelados, el apoyo al vaciamiento de la Anses. El programa capitalista para la universidad galvaniza a las diferentes tendencias patronales. 
Estas camarillas buscan imponer ahora sus condiciones en las elecciones de autoridades, valiéndose de un Estatuto que da la mayoría al ultra-minoritario claustro profesoral. Para el movimiento estudiantil se plantea nuevamente la necesidad de desarrollar una lucha de conjunto contra el régimen universitario, lucha que deberá unir la pelea por la democratización del gobierno universitario que enfrente la colonización capitalista de la universidad y la educación. Es necesario dotar al movimiento estudiantil de un programa de conjunto, que presente otro horizonte social para la universidad, partiendo del interés de las mayorías populares. 

Gabriel Solano

Publicado en Prensa Obrera Nº1101

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